Montañas que nunca te conté

Bernia

Amanecer en Bernia

     No sé si habéis leído alguna vez «Momo» la sorprendente novela ¿infantil? de Michael Ende.

     En ella, unos siniestros personajes… «los hombres grises» roban las horas, digamos «no productivas», a los humanos.

     Con recurrentes argumentos engañan a la gente para que les presten las horas perdidas en relacionarse, en el ocio y en todas esas cosas que en el fondo son las que enriquecen nuestra vida. La idea es crear un banco del tiempo en el que luego puedan retirar sus horas con sus intereses y poder dedicarlas a algo decididamente más… «útil».

     Confieso que su lectura me trastornó tanto que durante años quise convertirme en «un hombre gris».

     Me explico… para los que necesitaríamos que el día tuviera 30 horas en vez de 24, la cosa tenía su… «aquel».

Nieve en la Canal del Penyagolosa

La canal del Penyagolosa – Ruta con Trotasendas

      Y durante mucho tiempo paseaba por las calles y me quedaba mirando a las personas que consumían todas sus horas muertas en interminables carajillos y cervezas en los bares de mi pueblo, a aquellos que vagaban por los centros comerciales o deambulaban observando la construcción de  obras públicas faraónicas.
A  alguno me atreví a intentar convencerle de que me prestara su tiempo y lo único que estuvo a punto de invertir en mí fueron un par de tortazos afortunadamente bien esquivados.

      Siempre he sido un pésimo comercial así que seguro que no planteé bien la mercadotecnia de mi campaña publicitaria.

      Bueno, ¿y para que nos cuentas todo esto?… os preguntaréis.

      Pues, el caso es que…

      ¡Alguien fue más listo que yo!

      ¡Un maldito hombre gris debió cruzarse en mi camino!

Serra Grossa de Gandia

Fascinante Serra Grossa de Gandia

      Seguro que no supe reconocerlo y consiguió hechizarme con sus encantos.

      El caso es que cada vez encontraba más dificultad en sentarme a loar las gratísimas experiencias vividas en nuestras montañas…

      Las crónicas siempre quedaban incompletas…

      Esa disciplina semanal al volver de recorrer los mejores parajes de nuestro territorio… esa impaciencia por que llegara ese mágico momento de sentarse ante la pantalla en blanco y colorearla de decenas de fotos y palabras…

      Esa ávida lectura de las hazañas de otros colegas internautas…

      Esa visita a las librerías a las estanterías de las últimas novedades en libros de montaña y detallados mapas…

      Esos ilusionantes planes cuando aún ni siquiera te habías quitado las botas…

      !Todo…

todo se fue evaporando!

Río Fraile

El espectacular salto del Río Fraile

           Hasta me sentía cansado caminando y ya parecía que no me emocionaban las montañas que siempre me habían fascinado.

           Y ya planteaba las rutas por inercia, sin alegría, improvisando rutinariamente el recorrido la víspera de la jornada prevista

           Perdí hasta el arrebato de captar con mi cámara lo mejor de cada paraje que atravesaba…

      porque todo… todo… me parecía que ya lo había fotografiado antes.

           Y las instantáneas que tomaba acababan olvidadas en los rincones menos visitados del disco duro de mi ordenador.

Anna - Gorgo de la Escalera

Gorgo de la Escalera – La espectacular cascada final

Pero todo…

…todo cambió en las pasadas Navidades.

Nocturna al Mondúver

Nocturna al Montdúver con «A un tir de pedra» – Foto Oscar Martí

     Una tarde me quedé observando como mi sobrina le daba de comer a su tortuga.

     No se como pero, al observar al animalillo levantando su excitada cabeza se me ocurrió comentarle:

     -«Pues en Gandía hay una montaña con forma de tortuga«

     -«¡Anda ya!… me espetó incrédula la chiquilla.

     -«¿Que no te lo crees?… ¡ahora mismo te lo demuestro!

     Como no estaba en casa para enseñarle la fotografía abrí el navegador de mi tableta y conecté con este cuaderno digital. Empecé a pasar páginas  y millones de palabras y fotografías inundaron mis pupilas.

     -«¿Qué estás mirando, tío

     -«Te estoy buscando una foto que hice de la montaña que te digo. Se llama la Tortugueta y está en el Barranco Borrell de Gandía.  Mira… ¡aquí está!

 Mirador de la Tortugueta

La Tortugueta – Barranco Borrell – Gandía

     -«¡Hala, pues es verdad

     – «Un día te llevaré a conocerla«.

     – «¿Tú te conoces todas las montañas, tío

     – «Hombre, todas… todas… ¡no!… ¡pero si un buen puñado de ellas!… ¡Mira!

     – Y empecé a pasar páginas y a enseñarle un montón de todas ellas.

     – «¿Y todas esas fotos las has hecho tú?

     – «¡Claro!… ¡Y todo esto también lo escribí yo!

     -«¿Escribí…? ¿que ya has dejado de hacerlo

Barranc dels molins

Ares del Maestre – Barranc dels Molins

     – «Bueno, es que los mayores siempre andamos liados con algo y acabamos no teniendo tiempo para nada«.

     – «¿Y eras pequeño cuando escribías todo eso

     – «Eh… no… claro… era ya mayor… ¡qué cosas tienes!… eh… es que entonces…»

     Me pareció que hasta la tortuga se sonreía al ver mi dubitativa y comprometida respuesta.

      Instintivamente apoyé el puntero del ratón sobre la barra desplazadora de la página y avancé sobre las páginas y páginas repletas de montañas y de grandes momentos vividos y compartidos en todas ellas.

      Poco a poco fui reduciendo la velocidad de avance y me entretuve en leer algunos fragmentos y observar con detenimiento algunas instantáneas de maravillosos parajes que había tenido el inmenso placer de conocer.

       Y fue entonces cuando eché de menos algunas montañas, algunos increíbles escenarios que nunca me había detenido en describir…

       Y me entraron unas ganas locas de escribir sobre todos ellos, apreté el botón del borrador y ya no podía dejar de hablar de todas aquellas ensoñaciones.

     – «Hasta luego tío, me voy a jugar al parque» … me guiñó un ojo y se marchó con su tortuga.

Ordesa - Monte Perdido

Ordesa – Monte Perdido – Senda de los Cazadores

Sierra de Bernia

Bernia desde la cumbre de la Xortá

Xortá

La Xortá desde la cumbre de Bernia

El Moncayo

La nevada cima del Moncayo

       Y no podía acabar ya de escribir…

       Y todo iba recuperando el color a mi alrededor

       Y me entraban ganas de volver a muchos de aquellos lugares…

       Y empecé  a planear un montón de excursiones…

       Y…

Faig Pare

Otoño en el Retaule – Cayeron algo más que las hojas

       Fuera, en el parque…. Momo sonreía jugando con su tortuga Casiopea…