Es el Turmell… la última de las grandes sierras propiamente valencianas. Por encima de ella en el mapa, solo nos queda el paraiso montañero de la Tinença de Benifassar… pero las montañas de las que forma parte esta última comparten propiedad con Aragón y Cataluña. De hecho, es tan extraordinario el lugar que, como las religiones, todos compiten por hacer suyo el cielo: los puertos de Beceite dicen los aragoneses… els Ports de Tortosa los catalanes…els Ports de la Tinença nosotros…
Pero no es de esa perfecta obra de los dioses de lo que os quería hablar hoy, sino de un lugar que está a las puertas de ese edén: ¡Vallibona! y… ¡su Turmell!
Tiene Vallibona la grandeza de no estar de camino a ningún sitio. Por Vallibona no se pasa… a Vallibona se va. Eso le ha permitido estar siempre lejos de las grandes infraestructuras de comunicaciones modernas pudiendo mantener intacta su belleza ancestral. Vallibona requiere un esfuerzo del viajero para desplazarse, pero éste, una vez supere el puerto de Querol y el Collado de Santa Agueda, quedará extasiado por la visión de su valle virginal: bosques y praderas bucólicas donde pasta el ganado, un río cristalino… el Cervol… con su tremendo encañonamiento…, un pueblo precioso con estupendas casas… y todo enmarcado por el fascinante Barranco de la Gatellera, las montañas de la Tinença y… ¡¡El Turmell!!.
Dos son las rutas clásicas para subir a la cima: una de ellas parte del Santuario de Vallivana, en la carretera de Morella y lo hace, por la solana de la sierra, remontando el Barranco de Marfullar. La otra opción, por la umbría, parte de Vallibona y adivina cual me pareció mas seductora.
Es muy sencillo subir al Turmell: no tiene rampas de ascenso duro, el camino es largo y reparte muy bien el desnivel sobre Vallibona. Además tiene un sendero señalizado, que sin estar homologado ni constar en ningún sitio, te llevara sin problemas desde el mismo pueblo hasta lo alto de su cima. Para ello, lo único que debes hacer es dirigirte a la parte baja de la población junto al río, en el lugar donde se encuentra la Font Vella. Enseguida encontrarás las marcas amarillas de la ruta que serán la mejor de nuestras guías. Bordeando las transparentes aguas del Cervol pasaremos junto a las curiosas «escaletes de Sant Joan» punto de inicio de un prometedor sendero botánico, que es toda una provocación montañera y que, nosotros, tuvimos que dejar para otro día.
Qué delicia dejarse llevar por la estupenda senda entre inmensos paisajes y los preciosos bosques de encinas y pinos, plantas aromáticas, muros de piedra y los restos de enormes masías con un pasado esplendoroso e incluso toda una curiosidad como un barranco con un río totalmente pulido de piedra lisa.
Este lugar tan apartado del mundo, sin embargo, ha salido al encuentro de la historia en numerosas ocasiones. No pude dejar de pensar en los años de la postguerra española de mediados del 40 el pasado siglo. Aquí, en el Turmell, tenían los maquis uno de sus principales centros de operaciones. Guerrilleros míticos del AGLA como Pastora, el Cinctorrá y tantos otros, que acabaron cayendo traicionados por uno de sus propios compañeros. Tampoco podemos olvidar el importe papel que cumplieron muchos de los masoveros, en su ayuda al mantenimiento de la guerrilla, algo que acabó costando muy caro a algunos de ellos. Algún día les rendiremos homenaje recorriendo el norte de Vallibona en una estupenda ruta con epicentro en el Mas de la Pallisa, lugar de nacimiento de Pastora.
Son tantas las opciones que nos da este valle para el senderismo: el barranc de la Gatellera, el cañón del Río Cervol hasta la Font de la Doncella, el recorrido del Gr-7 por estupendos parajes, toda la cresta del Turmell… ¡la cresta del Turmell!… a la que me di cuenta ya estábamos sobre ella con una poderosa vista de toda la solana de la sierra. Un último esfuerzo sobre la pista asfaltada que asciende a las antenas que ocupan su amplia cima y en vez de resoplar por la respiración agitada de la subida, hubo que contener la respiración para que nos cabiera en los pulmones toda la catarata de grandes sensaciones que te cae con la soberbia mirada de su enorme panoramica de trescientos sesenta grados: las montañas de la Tinença hasta el Caro, el arrebatador Montsiá ya en tierras de Tarragona, el Mediterráneo, la serra de Irta, el desert de Les Palmes, Espadán, Penyagolosa, En Garceran, la mola de Chert, todo el inmenso mar de montañas de la provincia de Castelló, Morella, Vallibona y… ¡el profundo surco del Cervol!… ¡inolvidable!….¡inigualable!…¡el perfecto orgasmo montañero!
Mi primera intención al organizar la ruta era cerrar una buena circular volviendo por la cresta de la sierra hasta el encuentro del Gr-7 y bajar por una venerable senda empedrada hasta Vallibona. Pero unos días antes leí en Internet que alguien había intentado hacer lo mismo aunque en sentido contrario. El problema es que encontraron mucho ganado vacuno y habían pasado por alguna situación comprometida. El recuerdo de la peligrosa situación en que nos vimos envueltos mi amigo Jose y yo en la Sierra del Buixcarró hizo que desestimara inmediatamente la opción. Asi que ante el desconocimiento de este lejano terreno tuvimos que volver por el mismo lugar de subida. No importa, ya lo he dicho en numerosas ocasiones. Cambian mucho las perspectivas de los caminos de cuando los subes a cuando los bajas y cambia la luz a lo largo del día, con lo que en una tierra con la enorme dimensión paisajística como la de Vallibona, vuelves a encontrar fascinantes miradas con las que recrear la bajada.
Eran los últimos días de primavera y lástima que fueramos a elegir un día en que el Sol ya recogía votos para el verano. Mientras caminaba me dejé llevar por la ensoñación del calor, el cansancio de la larga jornada y la modorra de la comida. Siempre llegadas estas fechas, en que uno dejará de andar, abandonará por unos meses las cimas de nuestras montañas favoritas y se sumergerá en las frías aguas de nuestros barrancos… me da por imaginar cómo será la soledad de los picos en los meses del verano. Me vinieron a la mente algunas de las montañas que habíamos visitado este invierno y que tantas satisfacciones me habían proporcionado… me las imaginaba solitarias, tristes y aplastadas por el calor…Aitana, el Montduver, el Penyalba, Bernia, Buixcarró, la Foradada y el Vall de la Gallinera, la Muela de Cortes, los Frares y la Serrella, el Cerro Moreno y el Rodenal, la Calderona, los barrancos de Borrell y Parpalló… Ya no era la melacolía de imaginarlas en su soledad… de repente las imaginé el día en que las fuerzas ya no me acompañaran y pudiera visitarlas con la normalidad con la que hoy en día lo hago. ¡Me invadió una profunda desazón!
Ya en casa, un amigo se empeñaba en demostrarme en el ordenador las enormes virtudes de un programa como el Street View de Google, donde uno puede recorrer paso a paso la totalidad de las calles de tu ciudad. Tras la larga sobremesa de la cena acabé durmiendome en el sofá mientras mis amigos se marchaban. En el primer sueño yo ya caminaba con mis botas y mi mochila por las calles de mi pueblo. Pero no me cansaba. Llevaba un ratón de ordenador en mi mano derecha y avanzaba sin esfuerzo. Cuando mi mujer me despertó para que me fuera a la cama mis pasos me llevaron al ordenador. Una idea me atornillaba el cerebro. Abrí el programa del Street View y tecleé «T U R M E L L»… No encontré respuesta… Volví a teclear…»M O N T D U V E R»… tampoco la hubo…»B E R N I A»… nada… sin mirar el reloj, en un impulso irrefrenable, telefoneé a mi amigo…afortunadamente, acababa de llegar a su casa y no le había pillado aún en la cama…. le transmití mi fustración… No me mandó al cuerno como esperaba a esas horas intempestivas… Supo tranquilizarme… «Paco, no te preocupes, Internet es el invento más grande de la humanidad desde el fuego y la rueda, es cuestión de tiempo, ¡estoy seguro que algún día podrás hacerlo!…»
Mucho más relajado me metí en la cama y, como el que cuenta corderitos, me dormí haciendo clics mientras caminaba por mis montañas favoritas…. click… el Pla de la Casa… click… els Frares… click… Bernia… click… Cerro Moreno… click… el Rodenal….click…¡el Turmell!… click… click..
click…
click…
click…
click…
Os dejo un pase de diapositivas de aquel estupendo día.
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El Turmell |
Buena crónica ,me a gustado mucho. Mañana «si el tiempo lo permite» voy al Turmell y buscando información he encontrado tu pagina. Me pasare por aquí mas a menudo. Saludos
Muchas gracias por tus gratificantes palabras.
No sabes la envidia que me producen tus intenciones. Ojala pudiera volver por allí más a menudo. Disfruta y si tienes oportunidad vuelve para hacer el cañón del río Cervol hasta la Font de la Donzella. Un lugar inolvidable.
De nada Aguilar , gracias a ti por la información que me as proporcionando y por sugerirme lo del cañón del río Cervol, ten por seguro que volveré jejeje.
La ruta fue preciosa puedes verla si quieres aquí : http://trotasendas.blogspot.com/2011/04/desafio-al-temporal-subiendo-el-turmell.html
Saludos