¡Vaya pedazo de excursión que nos gastamos el pasado lunes el amigo Gasolinero y yo!
Es una auténtica pena que nadie pudiese o se hiciese a la idea de acompañarnos porque aquello fue muy grande.
El amigo Jose no pudo venir el día de Peña Cortada y estaba interesado en conocer aquello.
Lo que no sabía ni se podía imaginar es la tardecita que le iba a dar con la sorpresa de prescindir de la mayor parte de la ruta y bajarmelo directo a la rambla Alcotas.
¿Cómo puede ser que esta rambla permanezca tan desconocida en todas las páginas y foros senderistas de internet cuando aquello es absolutamente impresionante?
Recuerdo que cuando estaba preparando la ruta de hace un par de meses nada más ver el mapa de la zona los ojos se me fueron directos a esa enorme brecha que se abría a los pies de los caminos por donde se suponía que circulaba el sendero homologado.
Está claro que aquello no es para todo el mundo. Hay un par de pasos complicados (resueltos con habilidad trepadora) y que si no estás decidido a meterte con el agua al cuello y te repele la posibilidad de pisar cieno más vale que ni lo intentes.
Pero que sepas que te pierdes la posibilidad de conocer un lugar excepcional y divertidísimo, para el que solo hace falta un poco de valentía montañera.
Insisto, no me explico como esta rambla permanece tan ignorada en todos los sectores montañeros, senderistas o barranquistas.
Está claro que «ojos que no ven, corazon que no siente». Luego, somos capaces, como dije hace meses, de ir a cientos de kilómetros para conocer un lugar bien publicitado, cuando esto lo tenemos a una horita escasa de casa y por dos duros de gasolina.
Lo cierto es que fue tan sorprendente el recorrido que ni siquiera lo habíamos preparado bien pensando que iba a ser todo mucho más sencillo. A si que no veas cuando nos tuvimos que meter con el agua al cuello con mochilas, móviles, relojes, cámaras, etc.
¡Aquello se convirtió en toda una aventura!
Para empezar acudimos directamente a la Peña Cortada.
No me voy a entretener en describir esta parte de la ruta porque ya lo podéis consultar en la crónica que escribí hace un par de meses.
Eso si, han limpiado la broza del acueducto y sigue imponiendo el mismo o más respeto que entonces. Los túneles estaban secos en esta ocasión, asi que en un rato ya habíamos bajado a la rambla (a la que habría que subirle a la categoría de cañón en su recorrido de vuelta hasta los coches).
¿Os acordáis que el amigo Alfonso me discutía que aquello parecía más largo de lo que yo me pensaba?
Pues tenía razón, dos horitas nos costó atravesarlo y menos mal que ahora alarga el día porque se nos hiceron las nueve cuando llegamos al punto de inicio.
¡Qué pena que tuvieramos que dejarlo por imposible la otra vez que fuimos!
Y es que aquello se encañona a lo «cañón del Río Arcos» o «Barranco del Infierno» con el agua de lado a lado.
Impresicindible buen calzado de agua porque eso si, aunque el agua está limpísima, ha ido almacenando tierra que no corre y que se convierte en cieno en muchas ocasiones. Si no tienes reparos en seguir…
¡ aquello es inolvidable!
Pronto empezaron las complicaciones: la primera cascada sobre una poza que te llega al cuello y encima tienes que trepar por ella por unas rocas bastante resbaladizas. Hubo que agudizar el ingenio para poder superarla con las mochilas cargadas de electrónica.
Las inmensas paredes, la vegetación…la posibilidad de llegar a un punto sin continuidad superable… todo se confabuló en lo que resultó ser una tarde mágica.
Aquello cada vez se cerraba más y parecía no tener final…nos sentíamos como dos exploradores del siglo XIX que intentaban dar luz a ese terrible vacío blanco de los mapas senderistas ( es que nadie, ni Rafael Cebrián siquiera, hace mención de este lugar tan extraordinario).
Allí estábamos retozando en el agua (bueno, un momento, esto va para los del tomate montañero: «Retozar», en mi diccionario significa «saltar y brincar alégremente», a ver si os pensáis que estábamos celebrando el Día del Orgullo Gay…).
De repente, hubo que tragar saliva: una enorme poza y al final una cascada mucho más complicada que la anterior.
«Vaya tela, ¿y ahora qué hacemos?»
No se si fue la fuerza arrebatadora del lugar pero los productores de Hollywood pueden contratarnos para la cuarta parte de Spiderman…
¡la superamos!
Aquello continuaba super cerrado, parecía que íbamos al descubrimiento de las Fuentes del Nilo… se estaba haciendo de noche… de repente vimos la luz, una referencia… divisabamos en lo alto uno de los miradores de los túneles de la Cortada… ya estábamos cerca… el agua hasta la cintura, el fango hasta las rodillas… aquello fue épico… ¡ríete tú de los de las Termópilas!
¡Una pasada! ¡volveremos!
Os dejo un enlace de cuando realizamos la ruta de la Peña cortada y una primera aproximación a la rambla:
https://acelobert2010.wordpress.com/2007/04/23/chelva-pena-cortada-rambla-alcotas-pr-cv-92/
Y aquí el pase de diapositivas de la ruta:
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2007_06_11 Rambla Alcotas |
Y las fotos de la ruta de la Peña Cortada:
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2007_04_21 Peña cortada y Rambla Alcotas |
Seguid asì !! , me encantan vuestras rutas (sobre todo las que llevan agua) y la forma en que la contais. ¡¡ Animo y seguid asì !!